martes, 10 de julio de 2018

ESTADOS UNIDOS EMPLEA NUEVAMENTE LOS ARANCELES COMO ARMA CONTRA CHINA

Al parecer, el tiempo le está pasando factura a la postura insolente de Donald Trump y a su estrategia de hacer a América grande otra vez ya que con la aplicación ambas lo único que ha conseguido es un evidente aislamiento y el apoyo de muy pocos aliados a nivel internacional. A Trump no le ha sido suficiente los constantes arremetidas contra Corea del Norte, Cuba, China, Rusia y Venezuela, países a los que Estados Unidos tradicionalmente ha considerados enemigos, también ha atacado indistintamente a países como Francia, Alemania y Canadá. 
Luego de un año y medio de Trump al frente de la Casa Blanca su desempeño como mandatario ha estado caracterizado por sucesos de gran relevancia, con énfasis en el abandono de acuerdos, pactos y organismos internacionales y últimamente ha anunciado el retiro de su firma de la declaración final de la cumbre del G-7, desarrollada en Canadá.
Con la intención de disminuir sus grandes diferencias en cuestiones económicas y comerciales, a mediados del pasado mes de mayo delegaciones del más alto nivel de Estados Unidos y China sostuvieron reuniones en Washington, las que culminaron con una declaración conjunta que acordó disminuir el déficit de la balanza estadounidense y aumentar las exportaciones norteamericanas hacia la nación asiática. Xinhua, la agencia de noticias del país asiático, reveló en un informe que momentos antes de desarrollarse estas conversaciones las dos partes acordaron que una relación comercial estable y sólida es crucial para ambas naciones, y que están comprometidas a resolver sus relevantes problemas económicos y comerciales a través del diálogo y la consulta. El documento también afirma que China no quiere una guerra comercial
Con independencia a los acuerdos adoptados por ambos países en las conversaciones, Estados Unidos mantiene a China en su lista de prioridades ya que le preocupa por la consolidación económica que comienza a mostrar China con su plan Made in China 2025, mediante el cual la nación asiática pretende convertirse en un líder tecnológico a escala global, rivalizando con grandes economías como las de Estados Unidos, Alemania y Japón. 
El plan que promueve la nación asiática ya cuenta con resultados palpables y muestra de ello es la fabricación del primer avión de pasajeros (c919) y su primer tren bala. Al parecer este avance económico chino le molesta a Estados Unidos y es la razón de fuerza mayor para que el gobierno de Trump arremetiera nuevamente contra los aranceles de la nación asiática.
Debido a este despegue tecnológico y tomando como justificación el robo de propiedad intelectual por parte de China, el pasado 6 de julio la Casa Blanca hizo público la imposición de nuevos aranceles del 25 por ciento a una serie de productos chinos, mayoritariamente en la industria robótica, aeroespacial y automovilística, por un valor aproximado de 500 mil millones de dólares. En un primer momento (a partir del 6 de Junio) se impondrán gravámenes a 545 bienes por un valor aproximado de 34 mil millones de dólares, con posterioridad, en un segundo momento, aun no precisado, entrarán en vigor los nuevos aranceles al resto de los bienes y productos.
El presidente norteamericano aseveró, refiriéndose a su país, no puede tolerar la pérdida de nuestra tecnología y propiedad intelectual a través de injustas prácticas económicas. La noticia de las nuevas sanciones económicas a China estuvo acompañada de una advertencia, si la nación del Oriente asiático impone restricciones comerciales, serán impuestos más aranceles. China asume esta arremetida norteamericana como una verdadera agresión frontal, así lo dió a conocer un comunicado de la cancillería China, quien también consideró que Washington arruinó los intereses bilaterales acordados, mostró cambios repentinos y desató una guerra comercial.
En respuesta a estas flagrantes provocaciones norteamericanas la nación asiática anunció el incremento de los aranceles a las importaciones de 659 productos estadounidenses, ascendiendo su valor a los 50 mil millones de dólares. En rueda de prensa con periodistas latinoamericanos, Zhao Kun, directora de división del departamento de Economía Nacional de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de China (CNDR), afirmó, que su país no quiere una batalla de ese tipo, pero no le tenemos miedo, ante cualquier decisión vendrá un “contrataque” del mismo nivel. Señaló también que la nación asiática aboga por la globalización comercial, y que el proteccionismo es una espada de doble filo que al final también terminará perjudicando los intereses estadounidenses. La directora de la CNDR agregó también que en su país habrá efectos por el momento, pero a largo plazo la economía nacional logrará mantenerse gracias a un motor de desarrollo que es el consumo interno. Tenemos mucha confianza en el desarrollo de nuestro país y somos optimistas en eso.

OTROS DATOS DE INTERÉS:

  • China es la segunda economía global por el volumen de su Producto Interno Bruto (PIB), con 11 billones de dólares, el 14,8 por ciento del PIB mundial, por detrás de Estados Unidos,
  • En el 2016 el comercio representó el 37 por ciento del PIB de China, 
  • Los principales socios comerciales de China son los países del sudeste asiático, Estados Unidos y la Unión Europea,
  • El sector de los servicios es el que más contribuye a su economía,
  • Es el mayor comerciante de bienes en el mundo, y
  • Más de 97 millones de turistas chinos viajaron alrededor del mundo en el 2017.  



BIBLIOGRAFIA: 
  1. Ávila, G. (2018). China no quiere una guerra comercial, pero no tiene miedo. Periódico Granma, La Habana, Cuba. Consultado el 06 de julio. Disponible en: www.granma.cu/mundo/2018-07-05/china-no-quiere-una-guerra-comercial-pero-no-tiene-miedo-05-07-2018-23-07-40