sábado, 26 de diciembre de 2020

EL GOBIERNO LE DICE ADIOS AL “DÓLAR CUBANO”

Corrían los primeros años de la década de los 90 del siglo pasado, cuando el mundo amaneció con la inesperada noticia del derrumbe del campo socialista soviético y del Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME), noticia que sorprendió al mundo entero, pero mucho más a aquellos países que pertenecían al bloque o dependían de esta estructura. Dicho acontecimiento impactó de manera agravada en Cuba, con mayor incidencia en los factores macros de la sociedad, específicamente en lo político, económico, social y lo tecnológico. 
Con la desaparición de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y el CAME, Cuba perdió su primer socio comercial y el apoyo económico incondicional de Moscú, sumiéndose en una profunda crisis que llegó a tocar fondo, perdiendo el 75 por ciento del comercio y la economía nacional experimentó un franco retroceso llegando a lo que el economista Herman Daly denominó “economía del estado estacionario de equilibrio dinámico”. 
Este contundente hecho creó una cadena de hechos y consecuencias en la economía cubana que llevó al país a un status al que el gobierno denominó “periodo especial”, término que hasta ese momento solo era empleado en la teoría del arte militar cubano, situación que se agudizó con el recrudecimiento del bloqueo (embargo) estadounidense desde 1992. 
Entre los años 1992 y 1993 surgieron en Cuba las empresas mixtas y las asociaciones económicas con capital extranjero y se buscó estimular y desarrollar el turismo, medidas que, entre otras, produjeron un impacto en el sistema monetario nacional, provocando la necesidad de realizar cambios sustanciales en el mismo, y es por ello que el 26 de julio de 1993, el entonces presidente Fidel Castro autorizó a que los ciudadanos residentes en el exterior enviaran remesas en dólares a sus familiares en Cuba, aceptó inversiones extranjeras (directas e indirectas) y despenalizó la tenencia de dólar en el territorio nacional, permitiendo su libre circulación. 
Sin embargo esas medidas no frenaron el pago salarios sin producción ni importaciones, la generación del exceso de liquidez que debilitó el Peso Cubano (CUP) como moneda nacional, frente a estos sucesos, a finales de 1994, el gobierno emitió una moneda fuerte equivalente al dólar, denominada Peso Cubano Convertible (CUC), dicha moneda se emplearía para el turismo internacional y sería la moneda oficial para las relaciones económicas internacionales de Cuba, entre otras actividades, mientras el peso cubano mostraba un vertiginoso proceso de devaluación. 
Debido al bloqueo norteamericano, vigente desde 1962, a Cuba le estaba prohibido hacer actividades comerciales internacionales utilizando el dólar norteamericano y atendiendo a que la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), comenzó a hostigar y sancionar a bancos y entidades que aceptaban dólares en efectivo de Cuba, en noviembre de 2004 Fidel Castro, mediante la resolución 80 decide sacar el dólar americano de circulación, que hasta ese momento su tenencia era lícita, dejando sólo al CUP y CUC como moneda de circulación oficial, esperando así que la moneda nacional se fortaleciera. 
De esta manera el CUC se instauró como una moneda oficial dentro del país, dando paso a la dualidad monetaria, a partir de ese momento la oferta de bienes y servicios para los cubanos quedó fraccionado en dos: ventas en divisas (CUC) y ventas en pesos cubanos (CUP) y como era de esperar creó grandes diferencias sociales en la población cubana, surgiendo a la vez dos grandes grupos: el que tenía y el que no tenía CUC. 
En Cuba lo que se observa, a inicios de los noventa, es un fenómeno de dolarización parcial. La causa de este proceso de dolarización parcial incipiente, al igual que en otros países, fue la crisis económica y los desequilibrios monetarios derivados, si bien los orígenes de esta crisis fueron diferentes. En el caso de Cuba fue resultado del fuerte shock de oferta a raíz de la caída del bloque socialista. La fuerte contracción que experimentó la oferta de bienes y servicios, así como los consecuentes incrementos de liquidez requeridos para mantener el nivel de empleo, fueron erosionando las funciones monetarias de la moneda nacional. (Hidalgo y Doimeadios, 2003) 
Con la intención de eliminar estos desequilibrios monetarios, el gobierno adoptó importantes transformaciones dentro del sistema cambiario cubano, una de ellas fue el otorgamiento de licencia por parte del Banco Nacional de Cuba para la creación de la firma Casas de Cambio, S.A (CADECA, S.A.), entidad totalmente cubana y con personalidad jurídica propia, dedicada fundamentalmente al canje y recanje de monedas extranjeras por pesos convertibles y para la compra y venta de moneda nacional, en estas entidades estatales cada CUC se cotizaba en las 24 CUP para la compra y 25 CUP para la venta. 
Bajo este sistema de dualidad monetaria la nación cubana vivió por muchos años, creando distorsiones en los mecanismos cambiarios, como la presencia de dos tasas de cambio para la relación peso cubano-peso convertible y la no convertibilidad del peso cubano en el segmento empresarial, aspectos que deberían ser resueltos por el Banco Central con vistas a crear las condiciones de política cambiaria necesarias para erradicar la doble moneda. 
Con la intención de unificar ambas monedas, donde se buscaba la prevalencia del peso cubano, en enero del 2015 se emitieron billetes de 200, 500 y 1000 pesos, los que comenzaron a circular en toda Cuba a partir del primero de febrero de ese mismo año. Dichos billetes tenían como objetivo facilitar las operaciones con CUP, que hasta ese momento se realizaban en las Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD). Por solo poner un ejemplo, una refrigeradora cuesta, en Cuba, alrededor de 700 CUC (dólares). Pagarla en moneda nacional equivaldría llevar en el bolsillo 17.500 CUP, en billetes de 20, que es el que más circulaba, teniendo en cuenta que no existen pagos al crédito. Al mismo tiempo, las empresas estatales socialistas cubanas operan con un tipo de cambio especial: un CUP por un CUC (un dólar), sin embargo dentro del plan de unificación cambiaria está sincerar esa conversión, con una tasa más cercana a la del mercado: un dólar por 24 CUP. 
Refiriéndose a la necesidad imperiosa de reunificar ambas monedas, el ex presidente cubano Raúl Castro, el 21 de diciembre de 2017 expresó: “Este asunto nos ha tomado demasiado tiempo y no puede dilatarse más su solución” y tres años después el presiente Miguel Díaz-Canel en un mensaje televisado dijo que el Partido Comunista había acordado comenzar el "proceso de unificación monetaria y cambiaria y el resto de las necesarias transformaciones que lo acompañan (...) como un paso decisivo en el ordenamiento monetario del país". 
En dicha intervención el presidente cubano, acompañado por Raúl Castro dijo "Reiteramos la importancia y trascendencia de esta tarea que pondrá al país en mejores condiciones para llevar a cabo las transformaciones que demanda la actualización de nuestro modelo económico y social……La tarea de ordenamiento no constituye en sí misma la solución mágica a todos los problemas presentes en nuestra economía, sin embargo, favorecerá la creación de las condiciones necesarias para avanzar de manera más sólida" 
El mandatario anunció que el proceso iniciará a partir del primero de enero del 2021, sin embargo el gobierno no visualiza los graves trastornos que, en el corto plazo, la medida puede ocasionar a la economía. 
La medida, sin dudas, viene a resolver dos de los grandes problemas que la nación cubana lleva enfrentando por años, que son: la emisión monetaria sin respaldo y la doble moneda, ambas variables son las bases elementales de la inflación, tratemos de explicar esta problemática desde la perspectiva de dos principios de la teoría monetaria, que muy bien vienen a colación: 
- Según la ley de Gresham, cuando en un país circulan simultáneamente dos tipos de monedas de curso legal, y una de ellas es considerada por el público como "buena" y la otra como "mala", la moneda mala siempre expulsa del mercado a la buena. En definitiva, cuando es obligatorio aceptar la moneda por su valor facial, y el tipo de cambio se establece por ley, los consumidores prefieren ahorrar la buena y no utilizarla como medio de pago. 
- La cantidad de dinero que existe en una economía es la suma de los billetes y monedas que haya en circulación, multiplicada por la velocidad de circulación de ese dinero. ¿Velocidad? Pongamos un ejemplo. Juan, agricultor vende una carga de tomates en $100 recibe efectivo y guarda el dinero como ahorro en una botija. Velocidad de circulación = 0. En efecto retiró ese dinero del circulante. 
La velocidad de la circulación es otro elemento de la ecuación monetaria que se debe cumplir en Cuba, la que se logra si los particulares autorizados (cuentapropistas) producen y venden más, generando mayor transacciones operacionales e incrementando la velocidad financiera. Con ello la masa monetaria (velocidad x billete + depósitos) también se incrementará logrando un ajustes de precios, los comenzaran a subir proporcionalmente. 
Sin embargo la mencionada unificación monetaria ocasionará más perjuicios que beneficios para los cubanos, primeramente por las circunstancias en que se adopta la medida ya que es anunciada en medio de una situación compleja para la economía de la isla, castigada por la baja del turismo que le ha dejado la pandemia de COVID-19, la extendida crisis de la economía venezolana que ha repercutido necesariamente en la cubana y sumado a lo anterior, el recrudecimiento del bloqueo norteamericano, entre otros factores 
Los elementos antes mencionados conducen a la posibilidad real de que en Cuba se repita un periodo especial como el de los años 90, circunstancias que los cubanos, de seguro, no querrán vivir nuevamente, situación que trae consigo una devaluación del peso cubano, lo que hará que los cubanos continúen apostando y buscando el dólar americano, que hoy se cotiza en las calles cubanas a 50 pesos cada dólar. 
Atendiendo a que el comportamiento monetario es una variable más para el logro de la dinamización de la economía, el ordenamiento monetario es una necesidad imperante que solo mostrará resultados si se articula con otras transformaciones encaminadas a la liberalización de la economía para hacerla más eficiente. 
Cuba se debe encaminar hacia un modelo económico más eficiente, que aún bajo una economía planificada tenga mayor apertura a la competencia y se reoriente hacia el libre mercado, esto hará al sector empresarial totalmente productivo, el exceso de circulante desaparecerá y necesariamente los precios y la emisión monetaria disminuirán. 

Bibliografía: 

1. La historia detrás del CUC, la moneda a punto de desaparecer en Cuba, (2018). Consultado el 05 de febrero de 2019. Disponible en: www.elfinancierocr.com/finanzas/la-historia-detras-del-cuc-la-monedaapuntode/X74JQNVLMZH4DOTV7GHAM77ZMI/story/
3. Hidalgo, V y Doimeadios, Y (2003) Dualidad monetaria en cuba: causas e implicaciones de política económica. Consultado el 05 de agosto de 2020. Disponible en: sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtual/publicaciones/administracion/v06_n11/dualidad.htm
4. Vidal, P, (2008). La encrucijada de la dualidad monetaria. Consultado el 08 de agosto de 2020. Disponible en: https://nuso.org/articulo/la-encrucijada-de-la-dualidad-monetaria/
5. Martínez, R (1996). Curso de Teoría Monetaria y Política Financiera. UNAM. p. 49. Consultado el 14 de mayo de 2020. Disponible en: https://books.google.cl/books?id=EfDZVQU-_1EC&pg=PA49#v=onepage&q&f=false
6. El CUC dice adiós, pero con su despedida llegan los verdaderos dolores de cabeza. Consultado el 17 de septiembre de 2020. Disponible en: www.cubacute.com/2020/09/19/el-cuc-dice-adios-pero-con-su-despedida-llegan-los-verdaderos-dolores-de-cabeza/ 
7. Olmo, G (2020). Cuba: qué supone la unificación monetaria anunciada por el gobierno y qué papel puede jugar ahora el dólar en la economía de la isla. Consultado el 08 de octubre de 2020. Disponible en: www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-55269440