sábado, 30 de mayo de 2020

LA DINAMICA LABORAL LATINOAMERICANA Y CARIBEÑA EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS

Hacerle frente a fenómenos como la pobreza, desigualdad y el desempleo continúa siendo una tarea pendiente para los países de América Latina y el Caribe, factores que amplían las grandes brechas entre las diferentes clases sociales y generan efectos desbastadores en nuestro continente en los últimos diez años, el área muestra signos de vulnerabilidad, estancamiento y retroceso económico ya que la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de la región sufrió una disminución del 6 al 0,2 por ciento; la peor caída desde los años 50 del siglo pasado que fue de 0,4 por ciento. 
Bajo este escenario tan complejo, a finales del año 2019 una grave epidemia de coronavirus (Covid-19) sorprendió a la humanidad, iniciando por la provincia China de Wuhan y convirtiéndose en pandemia rápidamente, la que generó de inmediato una mezcla de conflictos tanto externos como internos para el continente, los que se convierten en la causa fundamental para la mayor crisis económica y social de la región en décadas. 
Según pronósticos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), se espera que la actividad económica de la región se contraiga el 5,3 por ciento al cierre del 2020, la que se puede extender según sea la dinámica de la pandemia y de cómo se cumplan las medidas de distanciamiento físico, lo que puede provocar que la contracción sea mayor a la estimada. 
El desplome del PIB, también generará efectos negativos en el mercado de trabajo para el 2020, la tasa de desempleo proyecta un incremento de al menos 3,4 puntos porcentuales, pudiendo llegar a valores del 11,5 por ciento, lo que se puede traducir en más de 11,5 millones de nuevos desempleados y peor sería la situación, para este sector, si se agudiza la contracción económica. 
Según cálculos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la emergencia sanitaria provocada por el coronavirus y las medidas de confinamiento generarán para el segundo trimestre de este año, una pérdida aproximada del 10,3 por ciento de las horas de trabajo, lo que representa la pérdida de 31 millones de puestos laborales a tiempo completo (tomando como base una jornada laboral de 8 horas diarias). 
Muchos hogares latinoamericanos y caribeños viven del trabajo informal como fuente fundamental de sus ingresos diarios, que unido al incremento del desempleo, generarán un evidente detrimento de la calidad del empleo, llegando la tasa media de informalidad laboral a un 54 por ciento aproximadamente, según estimaciones de la OIT. 
La mayoría de estos trabajadores no cuentan con acceso a servicios de salud de calidad y, debido a las particularidades de su trabajo, el riesgo al contagio es mayor, de igual forma, sus ingresos son habitualmente bajos, por lo que disponen de una capacidad de ahorro bastante restringida para hacerle frente a los extensos periodos de inactividad laboral, de igual manera no disponen de fuentes alternas de ingresos, y menos aún, de los seguros de desempleo, que de manera general se aplican al trabajo formal. 
Estos elementos tendrán efectos negativos en el comportamiento y la dinámica de la pobreza y la desigualdad, alejándose la región cada vez más, de alcanzar los compromisos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. La CEPAL calcula que para el año 2020 la tasa de pobreza aumentaría hasta un 4,4 por ciento y la pobreza extrema se incremente en 2,6 por ciento con respecto a 2019. Esto evidencia que la pobreza llegará al 34,7 por ciento de la población latinoamericana (214,7 millones de personas) y la pobreza extrema alcance el 13 por ciento (83,4 millones de personas). El incremento acelerado de estos indicadores generará una gran divergencia entre los países latinoamericanos y caribeños, creando incrementos del índice de Gini de entre el 0,5 y el 6,0 por ciento. 
En diversos países de la región el desarrollo del trabajo en espacios públicos es elevado, por lo que la posibilidad de que existan las condiciones higiénicas - sanitaria es muy limitada. Por ello se hace necesario que se adopten programas de formación y educación en los diferentes componentes de seguridad y salud para todas aquellas personas que necesariamente forman parte del mundo laboral, y de esta manera hacerle frente a un eventual rebrote del virus. 
La urgencia de una mayor inclusión en aquellos elementos de la seguridad y la salud debe convertirse en las bases para el gradual retorno a la actividad laboral, sin perder de vista que el distanciamiento físico es una medida adoptada para disminuir la transmisión y con el adecuado cuidado en los desplazamientos desde y hacia los puestos de trabajos, ya sea en el espacio empresarial así como en el de su cadena de suministro. 
La actual crisis ha puesto de manifiesto que los retos estructurales del mundo laboral deben ser resueltos; en este contexto, el intercambio y el dialogo social entre gobierno nacional, empleadores y empleados juagarán un papel determinante para lograr el adecuado consenso y llegar a la adopción de políticas que se apliquen de inmediato, pero de manera eficiente. 
La dinámica del mercado de trabajo, debe estar encaminada a la implementación de políticas, logrando que los países latinoamericanos y caribeños protejan tanto el empleo formal como el informal, precautelar los ingresos y preservar al sector productivo. De igual forma se debe continuar el análisis para la reanimación del sector productivo en el escenario posterior a la pandemia, por lo que resulta trascendental la adopción de políticas que le otorguen total garantía laboral a todos los trabajadores de la región. 

Bibliografía: 

1. CEPAL y OIT analizan los desafíos laborales en América Latina y el Caribe tras la pandemia del COVID-19. Consultado el 27 de mayo de 2020. Disponible en: https://www.cepal.org/es/noticias/cepal-oit-analizan-desafios-laborales-america-latina-caribe-tras-la-pandemia-covid-19

2. Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe. El trabajo en tiempos de pandemia: desafíos frente a la enfermedad por coronavirus (COVID-19). Consultado el 27 de mayo de 2020. Disponible en: https://www.cepal.org/es/publicaciones/45557-coyuntura-laboral-america-latina-caribe-trabajo-tiempos-pandemia-desafios-frente

3. CEPAL y OIT analizan los desafíos laborales en América Latina y el Caribe. Consultado el 27 de mayo de 2020. Disponible en: https://es.travel2latam.com/nota/60312-cepal-y-oit-analizan-los-desafios-laborales-en-america-latina-y-el-caribe

viernes, 15 de mayo de 2020

LA ENCRUCIJADA DE LA REAPERTURA ECONÓMICA DEL ECUADOR

Desde que Ecuador asumió el inevitable y sensato confinamiento generado por la pandemia del Covid-19, comenzó a observarse un peligro latente para el decadente sector productivo nacional y para aquellos hogares de clase media y baja ecuatoriana. Al asumir con entera responsabilidad el necesario llamado de aislamiento, no era el momento propicio de pensar en cómo se reactivaría la economía, sino de cómo paralizar la curva ascendente de muertos y contagio. 
Luego de días y meses en cuarentena y atendiendo al llamado de la alta dirección del gobierno nacional se comienza a hablar del inicio de una reanimación económica que permita la formulación de políticas encaminadas a apoyar al sector empresarial privado, pero sin embargo la realidad es otra, el país se ha dado a la tarea de generar más impuestos a las personas y a las empresas, sin tener en cuenta que ya las cargas tributarias son suficientes, en un país con una alta cota de ineficiencia. 
El necesario acuerdo nacional para salir de la crisis, no aportará ningún resultado favorable si se continúa imponiéndole más obligaciones al sector privado, ya que más impuestos representa menos liquidez lo que se convierte a la vez en menos capital de trabajo, menos capacidad de consumo, mayor desempleo y menor recaudación tributaria. La fórmula planteada por el gobierno no funcionará si se deja planteada como hasta ahora y es que el gobierno busca rescatar al estado y no a las fuentes que producen dentro del estado. Hecho que creará un círculo vicioso y una prolongada recesión económica. 
La gran pregunta de hoy es, ¿cuándo tendremos una apertura económica y cuándo terminará el confinamiento social?, ya que existe una contradicción entre la ampliación del estado de excepción por 30 días más, planteado por el gobierno nacional a partir del 16 de mayo y la urgente necesidad del país de regularizar sus actividades de producción y servicios, dicha contradicción se agudiza aún más con la decisión del presidente de delegar dicho retorno a los municipios autónomos del Ecuador, disposición que debe ser única e indelegable del presidente de la nación.
En la actualidad, el país requiere de políticas económicas expansivas que diversifiquen la producción e incentive los reglones exportables, que beneficien el crecimiento de la demanda agregada y mantengan a resguardo el aparato productivo y si el estado no está en la capacidad de remunerar e indemnizar al sector privado por todo lo que este ha aportado a través de los años, que al menos le permita su reanimación con más trabajo dentro en un escenario más benevolente y amistoso. 
La realidad demuestra con demasiada sabiduría que mientras más se extienda el aislamiento social mayor será el daño a la economía nacional, la quiebra ya comienza a ser una opción para muchas empresas. El desempleo ya suma miles de víctimas, estos elementos, entre otros, tienen a la economía ecuatoriana en un coma inducido, por lo que el gobierno nacional debe presentar de manera urgente las vías, formas y métodos que permitan el regreso progresivo a las actividades productivas. 

Bibliografía: 

1. Granja, W. (2020) El aislamiento y la economía. Consultado el 14 de mayo, disponible en: www.elcomercio.com/opinion/wilson-granja-portilla-aislamiento-economia.html