domingo, 28 de febrero de 2021

ETAPAS POR LAS QUE TRANSITÓ LA ECONOMIA MUNDIAL EN EL AÑO 2020

Al cierre del 2019, la humanidad moderna estaba lejos de pensar que aquello que recién surgía como un simple brote de neumonía originado en un mercado de pescados y mariscos de la ciudad de Wuhan-China sentaría las bases para la propagación mundial de una nueva enfermedad de carácter infeccioso y de tipo epidémico, que afectaría a una parte importante de la población. En cuestión de días, el 12 de enero de 2020, China hacia público la secuencia genética del virus causante de la COVID-19 (Coronavirus) y un día después ya se conocía de contagios en Tailandia.
Para el 11 de marzo ya el mundo escuchaba las alarmas de los altos niveles de transmisión de la enfermedad y debido a la complejidad del momento que se estaba viviendo la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el carácter de pandemia de dicha enfermedad, momento a partir del cual el ser humano comenzó a convivir en un escenario de crisis sanitaria global, las personas emprendieron la búsqueda de diversas maneras de conservar su dinamismo económico, al tiempo que comienzan a adoptar diversas medidas para detener la propagación del COVID-19.
El año 2020, ha sido sin dudas un período en el que el ingenio humano ha sido puesto a prueba. Y la economía, que tiene entre sus funciones estudiar la conducta humana, no podía estar ajena a estas transformaciones y cambios, por lo que a continuación pasamos a analizar, en cinco grandes elementos, el impacto de este año, tan peculiar, sobre la economía mundial.
                                                                             FLUCTUACIÓN

La ralentización del crecimiento, que venía mostrando la economía mundial en el año 2019, en varios casos llegó a registrar simples regresiones del Producto Interno Bruto (PIB) Mundial, problema que puede ser analizado desde diferentes dimensiones, primeramente la guerra comercial entre Estados Unidos y China, en segundo lugar el debilitamiento de las medidas de estímulo de los bancos centrales y la paralización del consumo y la inversión. 
Sin embargo, la humanidad se enfrentaba en el año 2020 a una relativa confianza y así lo ratificó el adecuado comportamiento que mostraban los mercados en el mes de enero del 2021, insignificante despunte del desarrollo económico que se vio afectado por la llegada y propagación del Covid-19, enfermedad que generó gran indecisión entre los agentes económicos.

DERRUMBE

Todos estos elementos que caracterizaron la fluctuación generaron desconfianza, que muy pronto se convirtió en horror, atendiendo a que la gran mayoría de las bolsas de valores de todo el mundo experimentaron caídas sin precedentes, sin embargo los gobernantes adoptaban medidas de aislamiento y confinamiento a sus pobladores, lo que ocasionó un freno a la marcha de la economía que trajo como resultados la caída del PIB nacional, clausura masivas de empresas y la desaparición total de cientos de miles de puestos de trabajo.
Todos estos elementos que, indudablemente, golpearon grandemente la economía internacional y que desde la perspectiva del Covid-19 han sido sujetos activos en la agenda económica de los países, dejaron el aparato productivo conectado estrechamente al progreso de la pandemia.

REACTIVACIÓN

El estancamiento económico global generado por las medidas de aislamiento y confinamiento tuvo una continuidad gradual, proceso que se desarrolló en escenarios desiguales, en dependencia de cada país. Sin embargo existió un denominador común en casi todos los países, que fue el intento de retornar a las actividades económica, productiva y de servicio de la misma manera que se llevaba antes de la pandemia y sin haber salido de lo más difícil de la crisis sanitaria.
El proceso de reactivación económica debe ser visto desde diferentes perspectivas, pero la más influyente es la imposición de medidas por los gobiernos que, como reacción contraria, lo que provocó fue la reapertura parcial de amplios sectores de la economía, reapertura que en muchos casos respondieron a las medidas de bioseguridad señaladas por los gobiernos y en otros casos hicieron caso omiso a las medidas gubernamentales. Muchos países, incluso los de mayor número de contagios se han visto obligados a poner en retroceso las medidas de distanciamiento social, alejándose sustancialmente del objetivo de alcanzar una reactivación económica plena.
Resulta complejo diseñar un modelo social mediante el cual se logre la reactivación de la económica de los países, y más aún si tenemos en cuenta que dicha recuperación tiene diversos niveles, atendiendo a la naturaleza del sector y contexto geográfico, por solo citar un ejemplo, el sector hotelero y todas aquellas actividades relacionadas con la diversión y recreación aún deben mantener drásticas restricciones, debido a que lograr distanciamiento en sus operaciones diarias resultaría complejo y difícil de lograr y mantener. Sin embargo otras actividades como los servicios financieros y la actividad bancaria están operando con regularidad en casi todos los países.
A nivel global se observa como cada país ha adaptado a su situación geográfica, económica, política y social las medidas de cuarentena, aislamiento y distanciamiento orientadas por la Organización Mundial del Comercio (OMS), notándose grandes diferencias entre sí, por ejemplo España y Argentina (países que experimentaron graves caídas de sus PIB) adoptaron medidas bastantes drásticas, que se contraponen con las medidas más elementales de respeto y libertad individual, como las aplicadas en Corea del Sur.
Si realizamos un análisis a nivel macroeconómico, el período de reactivación económica ha estado caracterizado por un evidente repunte del PIB, paradójicamente algunos países como Estados Unidos logró crear millones de puestos de trabajo. Pero miradas menos alentadoras señalan que una gran parte de estos repuntes están dados a la aplicación de planes de estímulo impulsados por los gobiernos, esto a la vez generó una diferencia negativa entre ingresos y gastos de los países, lo provocó que se disparará el déficit público de las mayores economías del mundo y en el largo plazo hace evidente un crecimiento histórico de la deuda.

RESCATE ECONÓMICO

Con mucha frecuencia solemos confundir el concepto de reactivación de la economía y rescate económico, sin embargo estamos en presencia de dos conceptos notoriamente diferentes, el primero, también conocido como recuperación, es la fase del ciclo económico que se caracteriza por la reanimación de las actividades económicas, aumenta el empleo, la producción, la inversión y las ventas. Por ende, este concepto nos debe revelar la forma, manera y modo del retorno de la economía de la misma manera que la desarrollábamos previo a la aparición de la actual crisis sanitaria, por ende la reactivación tiene lugar en el momento preciso en que los sectores de la economía más afectados comienzan a mostrar un nivel de crecimiento sostenido.
De lo que se trata es encontrar una ruta de crecimiento económico sostenido en el contexto de nuevos estándares de demanda, donde los hábitos, gustos, y preferencias del consumidor se han transformado de manera inesperada y se vaticina que continúen siendo diferentes, al menos en el mediano plazo.
Por su parte el rescate económico no es más que el apoyo financiero que se le otorga a aquel país que no puede afrontar sus compromisos de pago de deuda, recordemos como en el caso europeo fue la “Troika” (Unión de fuerzas entre el Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional y Comisión Europea) quien se ocupó del rescate.
Los gobiernos deben dar el primer paso y diseñar planes de rescate económico de aquellas empresas que son determinantes dentro de la economía nacional y que tienen como misión fundamental la generación de bienes y servicios para sus habitantes, y no solo se trata de simples inyecciones monetarias que en el mediano o largo no ofrezcan soluciones nacionales tangibles sino que se le otorgue todo el apoyo gubernamental para que de una vez tenga la liquidez y la solvencia necesaria para afrontar sus compromisos de pago de deuda.
Luego de que estas empresas comiencen a mostrar un renacer en su salud financiera, productiva y/o de servicios deben tener la capacidad de adaptarse a los cambios y transformaciones que la demanda les impone y así lograr un crecimiento a largo plazo.

OPTIMISMO

Al finalizar el año 2020, la economía mundial experimentó jornadas de verdadera euforia en los mercados bursátiles, a partir del momento que se dio a conocer de los resultados satisfactorios de los ensayos clínicos de diferentes vacunas contra el Covid-19. Está alegría no nos debe crear falsas expectativas ya que se prevé que las campañas de vacunación masiva pueden conducir a esquemas y modelos de demanda y consumo muy similares a las existentes previo a la pandemia, al menos de manera parcial, algo para lo que el sector productivo no está preparado. De darse el caso, se debe abrir con mucha más fuerza el tejido productivo y las empresas rescatarían sus antiguos niveles de actividad.
Que el progreso optimista de las bolsas muestre una confianza próspera, no quiere decir que estas se estén cumpliendo obligatoriamente. Los ciclos poco fundamentados en cuanto a optimismo se vienen repitiendo desde años anteriores, seguidos de enérgicas medidas correctivas cuando surgen signos adversos, al respecto la historia económica nos demuestra con elocuencia que los mercados financieros están preparados para reaccionar ante aquellas noticias de ser potencialmente positivas o negativas para las economías.
Existen países donde la evolución de las bolsas mantiene una enérgica tendencia positiva al tiempo que la actividad económica se vuelve a contraer como resultado de nuevas olas de contagio del virus, en verdad son situaciones bien complejas de pronosticar, desde el punto de vista del consumo en el periodo navideño se experimentaron elevados niveles de ventas (aunque no como otros años) y desde el punto de vista sanitario hubo significativos repuntes, observándose incremento del número de contagio dando lugar a nuevas limitaciones en cuanto a la movilidad.
Estos elementos nos hacen pensar que la economía internacional tiene cambios y variaciones bastante drásticos en su curva conductual, asumiendo un comportamiento de economía en forma de V ya que no se observa un detenimiento brusco de la economía pero la vuelta a la normalidad aun cuando también debe ser rápida, no lo es en todas sus magnitudes, en este escenario la recuperación debe ser más dinámica, aunque algunos expertos no ven dicha recuperación tan factible.
En escenarios como estos la economía mundial se encamina a un estado de shock económico más peligroso de lo esperado, las constantes recuperaciones y caídas caracterizan la realidad objetiva de este tipo de economía que se muestra de manera imprevista en cuanto a los comportamientos a los que estábamos acostumbrados, donde diferentes variables de carácter sanitario como el número de contagios, pacientes atendidos por emergencias, ocupación de camas hospitalarias, etc. pueden también tener un comportamiento notable para la economía, como también lo es la evolución de la balanza comercial, datos de paro, oferta, demanda o cualquier otro

CONCLUSIONES

El comportamiento de la economía mundial a lo largo de 2020 estuvo marcado por el surgimiento del coronavirus, que en cuestiones de días paso de un simple brote a epidemia y en cuestión de horas ya era una gran pandemia, la que a partir de la primera ola de contagios se fue extendiendo hasta llegar a complejidades extremas, incluso dentro de un mismo país.
El tránsito por cada una de estas cinco grandes etapas por las que transitó la economía mundial en el año 2020 tuvo lugar en momentos y circunstancias diferentes obedeciendo a componentes tan complejos como las medidas adoptadas por los gobiernos o el escenario en el que se desenvolvió cada sector.
Es así como de un continente a otro, incluso entre empresas de una misma ciudad se pudo observar situaciones tan divergentes que van desde una parálisis indeterminada hasta una reacomodo completo al nuevo contexto, transitando por restricciones parciales en todos los órdenes. Según algunas aproximaciones podemos platear que la economía mundial debe pasar de una curva conductual en forma de V hacia una recuperación en forma de K, un escenario en el que interactúan ganadores y perdedores, actores que muestran grandes retos para los próximos años.

Bibliografía:

Caballero, F. (2020). 2020, un año en montaña rusa. Consultado el 27 de enero de 2021.        Disponible en: www.economipedia.com/actual/2020-un-ano-en-montana-rusa.html
García, N (2020). Pandemias: más allá de la COVID-19. Consultado el 16 de enero de 2021. Disponible en: www.ayudaenaccion.org/ong/blog/ayuda-humanitaria/pandemias/
Organización Mundial de la Salud, (2020). COVID-19: cronología de la actuación de la OMS. Consultado el 26 de enero de 2021. Disponible en: www.who.int/es/news/item/27-04-2020-who-timeline---covid-19