domingo, 25 de marzo de 2018

TRUMP APLICA ARANCELES A LA IMPORTACIÓN ESTADOUNIDENSE DE ACERO Y ALUMINIO

Otorgarle a la economía estadounidense el trofeo del proteccionismo como estímulo masivo, no es iniciativa del presidente Donald Trump, esta política fue practicada en el pasado por muchos presidentes como Lyndon B. Johnson (1908-1973), Richard Nixon (1913-1994), Jimmy Carter (1924-act.), Ronald Reagan (1911-2004) quienes la implementaron a partir de la segunda mitad del siglo pasado. Más recientemente, presidentes como George W. Bush (1946-act.) y Barack Obama (1961-act.) le aplicaron aranceles al acero, medida que no le dejó ningún beneficio a la economía norteamericana ya que dicha industria continúo declinando, dejando como saldo la perdida de alrededor de 200 mil empleos, debido al incremento de los costos de producción. Esta medida no perduró por mucho tiempo ya que la Organización Mundial del Comercio (OMC) dictaminó en su contra demostrando que era una política totalmente infructífera. 
En enero del presente año, el mandatario estadounidense decidió aplicar restricciones a las importaciones de lavadoras y paneles solares, con esta medida avanzaba aún más en su reiterado nacionalismo y proteccionismo comercial. A mediados de febrero el Departamento del Comercio norteamericano envió al presidente un reporte conocido Informe 232, en el que se detallaban los efectos que estaban teniendo las importaciones de productos como el acero y el aluminio para la seguridad nacional del país ya que el acero es considerado perentorio en la industria militar de Estados Unidos. En dicho informe también se recomendaba aplicar hasta un 50 por ciento de gravámenes a los aranceles o cuotas de esos metales. El informe señalaba abiertamente a China, India, Brasil, Rusia y Corea del Sur como los países con mayor exportación de acero y aluminio hacia los Estados Unidos. 
El presidente Trump, escuchando las sugerencias de dicho informe y considerando que esta industria, históricamente, ha sido destruida por prácticas comerciales foráneas muy agresivas, el pasado primero de marzo informó del incremento arancelario del 25 por ciento a las exportaciones de acero y del 10 por ciento a las del aluminio de algunos países, esta decisión ha estado sometida a grandes críticas por diferentes países y gobiernos ya que es vista como una escalada más del proteccionismo de Trump. 
Con independencia a las presiones ejercidas al respecto, Trump excluyó por el momento de esta medida a países como Australia, Corea del Sur, Brasil, Argentina, aquellos que son miembros de la Unión Europea (UE) y por supuesto México y Canadá debido a la renegociación que se está haciendo del Tratado de Libre Comercio (TLCAN), pues considera que estos son países aliados que Estados Unidos posee en el mundo. El mandatario explicó uno de los motivos del porque decidió eximir a Argentina del nuevo gravamen arancelario, exponiendo que este país le dio total apoyo a la política de seguridad de Washington en América Latina y, más específicamente, a la estrategia norteamericana ante la amenaza que representa Venezuela para el continente latinoamericano. 
En el momento del anuncio de la medida, estaban presentes, representantes y directivos de los grandes grupos siderúrgicos del país, como Arcelor Mittal, Nucor y US Steel Corporation, a los que el presidente les dijo la mayoría de ustedes estarán inmediatamente expandiendo (sus operaciones) si les damos un campo de juego equilibrado. Lo que se ha permitido que pasase por décadas es una desgracia, ante tal llamado, el empresariado del ramo ratificó con beneplácito la medida y la publicitan como el rostro benefactor para el renacimiento de la industria del acero y el aluminio en Estados Unidos. 
El año pasado, el nivel de importaciones de acero ascendió a 30 mil millones de dólares y el de aluminio estuvo por los 17 mil, la actual medida generará alrededor de 9 mil millones en aranceles para Estados Unidos, eso sin tener en cuenta a los países eximidos. 
El pasado 8 de marzo, el mandatario estadounidense escribió en su cuenta de twitter, tenemos que proteger y construir nuestras industrias de acero y aluminio al mismo tiempo que mostramos gran flexibilidad y cooperación con aquellos que son amigos de verdad y nos tratan de manera justa tanto en comercio como en defensa
Partiendo del hecho de que la medida propuesta cumpla sus propósitos, es meritorio analizar, solo algunos de los posibles efectos colaterales que podría tener dicha medida en los ciudadanos estadounidenses: 
- Como elemento negativo, se destaca el encarecimiento de los precios de los productos importados, 
- Dado el permanente déficit fiscal estadounidense esta medida reducirá el poder adquisitivo en los ciudadanos y a la vez aumentará el índice de precios al consumo, 
- Teniendo en cuenta la incidencia de la medida en el crecimiento económico y la inflación, la reserva federal adoptará una política monetaria más restrictiva, 
- Otras consecuencias pueden ser, menos liquides, costo de financiación más altos y menor disponibilidad de créditos. 
Hasta el momento, de los países mencionados en el informe, China ha sido el único que se ha manifestado al respecto y ha pedido que esta medida sea revocada y que de Estados Unidos no hacerlo, la situación podría generar efectos negativos para la industria global de ambos metales. Como forma de contrarrestar la medida, el gigante asiático está revisando la posible restricción de las importaciones de trigo y soya estadounidense y evalúa expandir esa política a otros rubros importables incluyendo tecnologías, aviones y propiedad intelectual. 
Por otro lado, pudiera parecer contraproducente el anuncio que hiciera el sector estadounidense del aluminio, quien alertó al presidente de las consecuencias negativas que pudiera tener el gravamen de aranceles generalizados a las importaciones de esos metales, pidiéndole a la vez que se le hicieran cambios a la medida. 
La Aluminum Association, organización que representa a 114 empresas del sector, le hizo saber al presidente que, tememos que el arancel propuesto puede hacer más daño que bien, mediante una carta enviada al despacho oval. En la misiva la presidenta de la Aluminum Association, Heidi Brock enfatizó, estamos profundamente preocupados por los efectos que un arancel global puede tener en la producción de aluminio y en los empleos en Estados Unidos. 
La adopción de esta política proteccionista de Trump coloca a la humanidad moderna ante el inminente riesgo de una guerra comercial internacional en forma de represalias de los países afectados, también provoca problemas comerciales, desacelera el desarrollo de varios mercados y además de perder el ciudadano estadounidense perderá mucho más la economía mundial y eso Trump lo sabe, al magnate inmobiliario no le incumbe el criterio que puedan tener de él, su problema radica en mantener al mundo el jaque. 

Bibliografía: 
1. El sector del aluminio de EUA pide a Trump cambiar su plan de aranceles (2018). Agencia de información EFE. Disponible en: www.eleconomista.net/2018/03/06/el-sector-del-aluminio-de-eua-pide-a-trump-cambiar-su-plan-de-aranceles
2. Recasens, M. (2018) Trump propone aplicar tasas arancelaria al acero y al aluminio. Noticiero Estelar de la Televisión Cubana del día 15/03/2018. Disponible en: www.youtube.com/watch?v=IRGhQAW9uMw
3. Trump impondrá aranceles del 25 % al acero y el 10 % al aluminio (2018). Agencia de información EFE. Disponible en: www.eleconomista.net/2018/03/01/trump-impondra-aranceles-del-25-al-acero-y-el-10-al-aluminio