viernes, 15 de mayo de 2020

LA ENCRUCIJADA DE LA REAPERTURA ECONÓMICA DEL ECUADOR

Desde que Ecuador asumió el inevitable y sensato confinamiento generado por la pandemia del Covid-19, comenzó a observarse un peligro latente para el decadente sector productivo nacional y para aquellos hogares de clase media y baja ecuatoriana. Al asumir con entera responsabilidad el necesario llamado de aislamiento, no era el momento propicio de pensar en cómo se reactivaría la economía, sino de cómo paralizar la curva ascendente de muertos y contagio. 
Luego de días y meses en cuarentena y atendiendo al llamado de la alta dirección del gobierno nacional se comienza a hablar del inicio de una reanimación económica que permita la formulación de políticas encaminadas a apoyar al sector empresarial privado, pero sin embargo la realidad es otra, el país se ha dado a la tarea de generar más impuestos a las personas y a las empresas, sin tener en cuenta que ya las cargas tributarias son suficientes, en un país con una alta cota de ineficiencia. 
El necesario acuerdo nacional para salir de la crisis, no aportará ningún resultado favorable si se continúa imponiéndole más obligaciones al sector privado, ya que más impuestos representa menos liquidez lo que se convierte a la vez en menos capital de trabajo, menos capacidad de consumo, mayor desempleo y menor recaudación tributaria. La fórmula planteada por el gobierno no funcionará si se deja planteada como hasta ahora y es que el gobierno busca rescatar al estado y no a las fuentes que producen dentro del estado. Hecho que creará un círculo vicioso y una prolongada recesión económica. 
La gran pregunta de hoy es, ¿cuándo tendremos una apertura económica y cuándo terminará el confinamiento social?, ya que existe una contradicción entre la ampliación del estado de excepción por 30 días más, planteado por el gobierno nacional a partir del 16 de mayo y la urgente necesidad del país de regularizar sus actividades de producción y servicios, dicha contradicción se agudiza aún más con la decisión del presidente de delegar dicho retorno a los municipios autónomos del Ecuador, disposición que debe ser única e indelegable del presidente de la nación.
En la actualidad, el país requiere de políticas económicas expansivas que diversifiquen la producción e incentive los reglones exportables, que beneficien el crecimiento de la demanda agregada y mantengan a resguardo el aparato productivo y si el estado no está en la capacidad de remunerar e indemnizar al sector privado por todo lo que este ha aportado a través de los años, que al menos le permita su reanimación con más trabajo dentro en un escenario más benevolente y amistoso. 
La realidad demuestra con demasiada sabiduría que mientras más se extienda el aislamiento social mayor será el daño a la economía nacional, la quiebra ya comienza a ser una opción para muchas empresas. El desempleo ya suma miles de víctimas, estos elementos, entre otros, tienen a la economía ecuatoriana en un coma inducido, por lo que el gobierno nacional debe presentar de manera urgente las vías, formas y métodos que permitan el regreso progresivo a las actividades productivas. 

Bibliografía: 

1. Granja, W. (2020) El aislamiento y la economía. Consultado el 14 de mayo, disponible en: www.elcomercio.com/opinion/wilson-granja-portilla-aislamiento-economia.html