sábado, 6 de diciembre de 2025

DESARROLLO ECONÓMICO Y RESILIENCIA CLIMÁTICA

   

Los desastres naturales afectan de manera desigual a países ricos y pobres, aun cuando su frecuencia es similar desde 1960, la diferencia central radica en la capacidad de recuperación: las naciones ricas superan los impactos más rápidamente, mientras que las más pobres sufren mayores pérdidas humanas y económicas, que pueden prolongarse durante décadas. El cambio climático ha ampliado esta brecha, ya que el aumento de temperaturas genera efectos negativos en la salud, la educación y la productividad, reduciendo el potencial económico de regiones como África y América Latina hasta en un 15 % si no se intensifican los esfuerzos de adaptación.

Las políticas actuales se enfocan demasiado en la respuesta gubernamental directa, subsidios, ayudas y programas, y no lo suficiente en incentivar acciones preventivas por parte de individuos, hogares, agricultores y empresas. En los países de ingresos altos, la disponibilidad de recursos, información climática confiable, seguros accesibles y una infraestructura sólida facilita la resiliencia, situación que cambia en los países en desarrollo, la pobreza limita drásticamente la capacidad de adaptación: la mayoría de los hogares carece de ahorros, el acceso al aire acondicionado o a seguros agrícolas es mínimo, y la infraestructura meteorológica es insuficiente.

A pesar de ello, existen ejemplos de ingenio comunitario, como las escuelas flotantes en Bangladesh, que se han replicado en otros países, para aprovechar mejor esta creatividad, el Banco Mundial propone el “método 5i”, una estrategia basada en cinco pilares. El primero es ingresos, ya que el crecimiento económico sostenido es el factor más determinante para enfrentar crisis climáticas. El segundo es información, que permite convertir la incertidumbre climática en riesgos cuantificables y manejables. El tercer pilar es el seguro, esencial para amortiguar pérdidas financieras. El cuarto es la infraestructura resilientes, que debe planificarse considerando los nuevos patrones climáticos.

El quinto pilar corresponde a intervenciones gubernamentales focalizadas y temporales, necesarias para proteger a los más vulnerables sin generar dependencia ni incentivar asentamientos en zonas de riesgo.

La adaptación climática requiere tanto acción pública como privada, la resiliencia futura dependerá de cómo individuos, hogares y empresas utilicen su capacidad de innovación, apoyados por políticas coherentes basadas en los cinco pilares propuestos.